Mi vida Confusion Sur



Mi vida conFusión Sur...
El inicio


Con los fusioneros trabajo desde hace ya tres años. Los conocí después de mi viaje, al que  llamamos románticamente “mi vuelta al mundo” un modesto viaje en barco de carga desde Suiza, pasando por Alemania, Inglaterra, Bélgica, Francia, Senegal, Sierra Leone, Brasil, Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia hasta mi casa en la maltrecha Venezuela.

Dos días después de mi llegada a Suiza,  aun aturdida de paisaje, climas y acentos, colores y sabores, mi hermana  me preguntó si quería ayudar a un grupo de teatro que tenía premiere en unos días y  en el que actuaba una buena amiga nuestra venezolana (con la que yo había hecho mis intentos poco espectaculares pero bastante dramáticos”). Mis responsabilidades: poco más que repartir los dípticos en la puerta y alguna otra cosa de tipo organizativo y que los venezolanos llamábamos amable y grandiosamente “logística”. 

La guarida para  aquel momento fue  apartamento del único caballero del grupo en algún lugar de Zürich Unterland, alternativamente podía ser también el apartamento en el segundo piso de un edifico viejo y charmant, ubicado cerca del barrio judío en plena ciudad de Zúrich donde vivía Claudia; una argentina recién jubilada que entreactos nos mostraba fotos de su madre con Evita Perón y otras cosas así, interesantes inauditas y lejanas. Allá llegamos las tres venezolanas y  esperándonos estaban ya dos del comité argentino. Sin ninguna presentación ni entusiasmo se nos condujo al “Bastelraum” de Antonio, pronto llegó Vanesa, a quien yo había conocido el mismo día que a Mari en una suerte de entrevista que les hice para  un periódico donde trabajaba en aquel tiempo a propósito de una obra de estaban montado, también solas, en alemán y sin ningún tipo de ayuda externa.

Ahora  sí que estaba completo el comité.

Entre  baguetes, cervezas y uvas que iban comiendo en pleno ensayo se arrancaron con textos maravillosamente aprendidos y mucha gracia. ¡Pero que surrealistas! ¡Experimentalistas sin duda!  Más bien latinos. El texto no era precisamente Shakespeare y lo que los medianamente entendidos llamamos puesta en escena no era aún ni puesta ni  escena. Como fuera, aquello era mi primer encuentro con teatreros latinoamericanos desde el intento  fallido con Mari, y de eso ya eran más de tres años. Distaba mucho  de lo que yo recordaba del ambiente, aquellos tiempos bohemios en el que los teatreros vestían  leotardos de lycra, lentes de pasta y fumábamos en los espacios cerrados. Yo estaba anonadada pero también enamorada y agradecida.

El día del estreno se acercaba, nos reunimos un par de sesiones más, creo. Un día se debatió sobre el uso de los elementos, Mari espetó la teoría del uso de cada elemento en escena, Claudia la alabó largamente, Yan, mi hermana, me incitó a introducirme, conociendo mi pasión por las controversias, ¡oh boy!“Estamos muy mal” pensé y me arranque con una teoría simbolista de peliagudo fondo. No me dieron bola y así en seco se largó el ensayo. Cerveza, baguete…

El día de la función ya nos queríamos. Yo hice por decisión propia identificadores con el nombre del grupo para cada uno de nosotros, hojas plastificadas para los asientos reservados con el logo y decidí vestirme de tanguera (con previa aprobación de los chicos, claro) con la mala suerte de que más bien parecía una maja española. El show era una noche argentina compuesta por diversas obras cortas, algunas más conocidas (en Argentina) otras menos, otra de algún reconocido autor anónimo como nos hizo saber Mari en el programa de mano. Todos agradecimos la información sobre todo el público que rio a mandíbula batiente. Al final había una surte de musical, Antonio y Vanesa cantaban en las callecitas de Buenos Aires y del publico aparecía un músico maravilloso que se involucraba con la escena y daba luego una especie de mini concierto.

Me sorprendió como siempre la  locura o la  ingenuidad de la gente de teatro para juntarse así como si no hubieran más problemas en la vida, como si el tiempo no pasara y fuésemos todos ya adultos con miles de responsabilidades; familias esposas y /osos, la inmigración de por medio, la economía, el trabajo y la empresa , madre mía!,  que significa hacer teatro en español en un país con  cuatro lenguas oficiales pero ninguna la nuestra y dedicar tanto tiempo esfuerzo y hasta dinero en este absurdo vital que es el teatro, por lo menos el nuestro. <Como siempre una empresa enorme y noble>, pensé primero y una vez que termino, con éxito hay que decirlo, la temporada y me pidieron que me encargara de la dirección acepte inmediatamente  invadida por el impulso, la alegría y el vino < ¡En qué rollo me he metido!>pensé luego.

Y aquí sigo con-fusión Sur, empeñándonos en no dejar morir lo que Ordine llamaba la utilidad de lo inútil.

Fusión Sur

Johanne de Carmen ( Director-Venezuela)

Antonio Garófalo (Actor- Argentina)

Vanesa Tosto (Actriz- Argentina)

Mariangelic Schärrer (Actriz –Venezuela)

Claudia Teuscher (Actriz –Argentina)

Yanny Montilla (Luz y Sonido- Venezuela)


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